Un ciudadano corporativo atento

Trascendiendo las barreras convencionales de los negocios, Aditya Vikram Birla ayudó a las comunidades, enviando un mensaje claro: que los negocios no son el fin en sí mismos, sino un medio para un fin.  Él creía que como Grupo fallaríamos si no proporcionábamos a nuestros desfavorecidos los medios para escapar de la pobreza. 

Introdujo el concepto de fideicomiso de la gestión. Dicho sencillamente, en el contexto de la responsabilidad social, entraña reinvertir parte de los beneficios en programas que resulten en el bien mayor de la sociedad. También integró el concepto de la vida sostenible. Se aseguró de que todas las Empresas de nuestro Grupo estuvieran implicadas en iniciativas significativas motivadas por el bienestar que tuvieran un impacto distintivo en la calidad de las vidas de las secciones más débiles de la sociedad.

Bajo su tutela, respaldado admirablemente por su esposa, la Sra. Rajashree Birla, se iniciaron varios proyectos innovadores. Entre ellos: proporcionar a la juventud rural una oportunidad de dar forma a su futuro con planes de empleo sostenibles; educación y formación; hacer que el agua potable segura sea fácilmente accesible; y la sanidad. Parte de este lienzo también era llegar a las personas con discapacidad física que con tremendas desventajas y ayudarles a mejorar su autoestima.

Espoleadas por él, las Empresas del Grupo trabajaron en más de 2.000 pueblos. Mediante los diversos proyectos implementados, trajo una diferencia palpable a sus vidas. Más de 60.000 habitantes de los pueblos se volvieron más seguros, confiados y felices por poder avanzar a una vida de dignidad, manteniéndose por sí mismos y ganándose una vida honesta. De una manera muy modesta intentó cambiar la imagen de los pueblos de India. Desde una pobreza abyecta a poder satisfacer las necesidades de la vida. De la dependencia a la libertad. Del atraso al progreso y de la desesperación a la esperanza. Para el Sr. Birla, estos proyectos le dieron un sentido humilde de felicidad, una manera de vivir sus valores y, por encima de todo, jugar un papel de liderazgo incluso como ciudadano corporativo respetable y preocupado.