Integrar la economía india en la economía global

Aditya Vikram Birla Aditya Vikram Birla recibió el ‘Premio al Hombre Gestor del Año’ en 1992 de parte de la Bombay Management Association, la principal asociación de directores de India. En un discurso contundente y progresista, identificó los problemas que la India corporativa y el gobierno deben abordar. Incluso hoy en día sus palabras siguen siendo ciertas.

Extractos de su discurso:

 

Un pueblo global

Unos eventos increíbles y sin precedentes han desgarrado el tejido de la historia reciente. Quizá, han tenido lugar más cambios económicos y políticos de época durante los últimos tres años que en los tres cuartos de siglo que los precedieron.

El muro de Berlín ha caído. Rusia, esa torre monolítica de comunismo se ha dividido y se han descartado y abandonado sus signos socialistas. La que una vez fuera una potencia invencible ahora aborda la tarea de hacer la transición a una economía de mercado. Y, lo más sorprendente, ayudando en el proceso hay un grupo de economistas de la ciudadela del capitalismo, la Universidad de Harvard.

Los países de Europa del Este se han librado de sus cadenas comunistas y rivalizan entre ellos para atraer capital privado y hacer la transformación vital y un paso adelante para establecer economías dirigidas por el mercado. El fermento económica se extiende por China, donde florecen las empresas a medida que el país desanda el callejón sin salida de la planificación centralizada.

Este es pues el escenario mundial: países que compiten y rivalizan entre ellos para implementar políticas que atraerán empresas, iniciativas y capital privados. Los gobiernos y ciudadanos de todas partes comprenden que esta es la única ruta certera a la prosperidad.

India no se puede aislar de la economía mundial Debe alcanzar el ritmo y avanzar. Debe, por tanto, desregularizar, atraer capital foráneo, fomentar las iniciativas privadas, atraer a empresas multinacionales y alentar a las empresas indias para que se conviertan en multinacionales. Debemos crear una atmósfera donde los emprendedores y corporaciones indias se desarrollen en ciudadanos mundiales. Por tanto, debemos reafirmar claramente la elección ante nosotros: No se trata de si debemos desregularizar o no y si debemos integrarnos o no en la economía mundial; más bien es si queremos sobrevivir o perecer. Nos encontramos ante una elección de Hobson.

Hoy en día, los países del mundo se han vuelto tan interdependientes e interrelacionados que hacen que las fronteras políticas e históricas sean cada vez más irrelevantes económicamente. Con la integración global, los artículos se producirán en las ubicaciones que ofrezcan una ventaja económica distintiva para ello. Nosotros, en nuestro Grupo, tenemos cierta exposición a esta fase mundial mayor.

Contamos con operaciones de fabricación en ocho países y oficinas de comercio en varios más. Tenemos aproximadamente veinte empresas conjuntas operando fuera de India. Estas empresas prosperan en un entorno libre y competitivo. De hecho, nuestro dinámico y sobresaliente Ministro de Finanzas, el Dr. Manmohan Singh, ha recalcado repetidamente que India debe integrarse en la economía mundial. Es sin duda una causa loable. ¿Pero realmente sabemos cómo hacerlo?

¿Cómo lograr este objetivo complejo? ¿Somos conscientes de los escollos y oportunidades de la industria?

Es un camino difícil que requiere acciones consistentes en una amplia variedad de áreas. Lo más importante, debe haber una voluntad nacional. Pese a todo lo positivo que ha sido el comienzo, no podemos quedarnos varados a medio camino, a merced de las corrientes. Debemos ir hasta el final y llegar a la otra costa. Si perdemos el barco esta vez, la oportunidad perdida podría tardar mucho tiempo en volver a presentarse.

La tarea ante el gobierno

Primero y ante todo, como hombres de negocios, debemos desarrollar una mentalidad internacional. En todo el mundo, los negocios cada vez miran más hacia el exterior y están orientados al mercado. Desafortunadamente, en India hemos desarrollado una mentalidad hacia dentro. Para nosotros, durante mucho tiempo, el mundo ha sido India e India ha sido nuestro mundo. Debemos salir del caparazón. Será difícil cambiar la mentalidad y visión de hombres de negocios que durante mucho tiempo han operado en un mercado protegido, frustrados por los controles. Pero es imperativo comenzar a mirar más allá de nuestro umbral y salir al mundo. En consonancia con esta visión más grande, debemos preparar capacidades de producción que no estén fragmentadas y ubicadas en las áreas equivocadas por consideraciones políticas. Las plantas deben estar ubicadas de forma racional y ser de escala mundial para abastecer a los mercados internacionales. Dichas plantas solo pueden reducir los costes y crear un excedente competitivo para exportar.

La tarea frente a las corporaciones

Aunque el sector corporativo debe tomar las iniciativas mencionadas, no podemos tener éxito a menos que el Gobierno también sea un socio participante en el proceso. El Gobierno ya ha hecho mucho. La disolución de las regulaciones de MRTP, el descarte de las licencias industriales en algunas industrias, la apertura de más industrias del sector privado, la reducción de algunos impuestos y la introducción de una convertibilidad parcial de las divisas son algunos pasos. Aun así, debe hacerse mucho más.

Medidas legislativas

¿Necesitamos leyes contraproducentes que paralicen y obstaculicen el progreso? De la complejidad de nuestras leyes, las comparo con lo que Winston Churchill dijo sobre la Unión Europea: "Es un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma".

Las leyes deben ser podadas y quienes no contribuyan al crecimiento, sino que lo retrasen, deben ser descartados y desechados. El Gobierno ha tomado los primeros pasos tentativos. Pero debemos dar pasos atrevidos, firmes y decisivos con más velocidad para lograr nuestros objetivos. Como he dicho, pararse a mitad del camino lleva a una muerte segura. La tercera área legislativa se refiere a la filosofía tras la creación del presupuesto.

Tengo experiencia personal trabajando en ocho países. También me relaciono activamente con empresas de varias naciones más. Ningún otro país tiene un proceso tan complejo, tan lleno de cambios direccionales, año tras año, como India. De hecho, la única certidumbre acerca del presupuesto es la incertidumbre que crea.

Hoy en día, con la fe en ciertas políticas fiscales y promesas implícitas del Gobierno, se puede crear un proyecto. Pero a medio camino encontrará cargos aduaneros o impuestos, produciendo una escalada de los costes del proyecto de varios crores de rupias. ¿Cómo se cubren estos sobrecostes? Con tal incertidumbre, ¿cómo se puede esperar que las empresas crezcan y florezcan, y aun más, se integren en la economía global?

Todo el régimen parece estar caracterizado por la subjetividad y la incertidumbre. De hecho, entre los ocho países en los que hacemos negocios, India es el lugar con más riesgo, no porque haya amenazas físicas al proyecto, sino por la inminente amenaza fiscal. Y esto puede suceder no por la competencia sino, quizás, por un cambio fiscal demasiado entusiasta aplicado al presupuesto.

El presupuesto, en la mayoría de países, es lo que debe ser, una expresión de los ingresos y gastos del país, ni más ni menos. No debe ser una ocasión para jugar con los destinos de personas y empresas sometiéndolas a cambios de todo o nada. Yo sugiero que el proceso de creación del presupuesto sea totalmente transparente, llevado a cabo a plena vista de la nación y basado en opiniones expertas con todas las secciones de la contribución pública, ya que es a sus bolsillos a los que se les hace las reclamaciones.

Cambios administrativos

Lograr el éxito en la implantación de medidas administrativas es la parte más difícil para el Gobierno. Primero, nuestros costes de producción son mayores que los de la mayoría de países. No es porque nuestras empresas sean ineficaces. De hecho, en lo que respecta a las materias primas y consumo de servicios, por tonelaje, somos tan competitivos en muchas industrias como cualquier otra empresa del mundo. Aun así las tasas de nuestros recursos, especialmente el carbón, los productos derivados del petróleo, la electricidad, el transporte y las comunicaciones, todos suministrados por el Gobierno, están muy desalineados de lo que se encuentra en otros países. Lo mismo puede decirse del coste de las finanzas, con nuestras tasas de intereses mucho más altas que la de la mayoría de países.

Hablemos de otro recurso: la electricidad. Tenemos cortes eléctricos y apagones incluso después de pagar, de media, un 26 % más por unidad, que en los países de la ASEAN. De hecho, el uso de la capacidad de plantas eléctricas global de India es lamentable.

En nuestra planta de Renusagar, el factor de carga es del 95 %. En contraste, la media en toda India es de aproximadamente el 55 %. Esto es porque no hay una gestión, no hay autonomía y no hay responsabilidad. ¿Cómo podemos integrarnos con el resto del mundo si nuestros recursos básicos son de tan mala calidad y tan caros? La respuesta se encuentra en conseguir una mayor concienciación pública de este lamentable situación. También debemos mejorar la calidad y reducir el coste de nuestros recursos suministrados por el Gobierno haciendo que las corporaciones públicas sean autónomas y responsables.

Conclusión

Nosotros, como país, debemos comprender que la desregularización y la economía de mercado libre no es un lujo; no es una generosidad colmada por el Gobierno en el sector privado; no es un favor hecho por el Gobierno. Es una obligación. Si no desregularizamos, si no reducimos los retrasos burocráticos, si no desenredamos la cinta roja, si no damos eficacia al sector público, ¿cómo llegará la prosperidad a este país?

Por tanto, llevar a cabo esa desregularización, descentralización y liberalización son acciones fundamentales para la autopreservación del país en un mundo donde hay una competencia intensa entre países para atraer capital e inversiones. La tarea de integrarnos en la economía mundial es una tarea de una magnitud enorme y extraordinaria. Unos meros eslóganes y discursos no ayudarán.

La voluntad de toda la nación se pondrá a prueba en esta misión. No es una tarea para un hombre ni para el sector privado ni para el Gobierno. Es un trabajo en el que la industria, el Gobierno, la fuerza laboral, la oposición y la burocracia deberán contribuir y trabajar como un equipo. Espero que Dios nos dé la sabiduría para trabajar en armonía y disciplina. Entonces, y solo entonces, podremos lograr el sueño de integrar a India en el panorama económico mundial.

Prometamos solemnemente crear la voluntad nacional para integrarnos en la economía mundial.